domingo, 25 de julio de 2010

LOS PERROS NO HABLAN

Aquella mañana de primeravera, como de costumbre, Mirella, trabajaba en su peluquería. Ella pretendía cerrar un poco antes del atardecer, pues había quedado a tomar té con sus amigas Florentina y Estefanía. Mientras esperaba a que se secara el canoso pelo de una rugosa anciana, descubrió a un perro bastante feo y bajito que husmeaba en la puerta de entrada. Mirella, que no soportaba los perros, le dijo con desprecio:
- ¡ Fuera de aquí ahora mismo¡
- No voy a irme de aquí porque tú me lo digas.
Mirella estaba asombrada, ¿ le había hablado de verdad el perro?. Se quedó mirándolo fijamente y se dio unas cuantas vueltas para ver si había alguien. Despuès de esto, le dijo tìmidamente:
- ¿Eres tù el que me ha... hablado?
- ¡Feliz día de los inocentes¡
Mirella se quedó sorprendida. De pronto, salieron sus dos amigas de un árbol. Había estado tan ocupada trabajando en su peluquería, que ni siquiera se había dado cuenta de que era el día de los inocentes. Despuès de la broma que le habían gastado, se fueron a tomar té e hicieron una gran fiesta en casa de Florentina.